Parece que el sector editorial está confirmado su lenta recuperación, con un previsión de un 1% de crecimiento. A lo largo del año se han publicado títulos con un gran éxito de ventas, pero esta industria no debe nutrirse únicamente de best-sellers, sino que hay que apoyar a los escritores jóvenes (y veteranos) que intentan hacerse un hueco en el mundillo con propuestas diferentes e interesantes. Menos porntube y más leer libros.
El fin del Homo sovieticus (Svetlana Aleksiévich)
La premio Nobel de literatura 2015 ha llegado a nuestras librerías con La guerra no tiene rostro de mujer (Debate) y la recuperación de Voces de Chernóbil (Debate), pero sobre todo con El fin del Homo sovieticus. El último libro de Svetlana Aleksiévitx parte de un título metafórico, que simboliza la incapacidad de los habitantes de la antigua URSS de superar las secuelas del pasado soviético y empezar una vida nueva. Si la generación de los padres, confiando en un futuro mejor, aceptaba resignadamente la pobreza, la de los hijos se niega a soportarla, pero también fracasa, porque aquel futuro que soñaban los padres todavía no ha llegado.
También esto pasará (Milena Busquets)
La segunda novela de Milena Busquets arranca en el cementerio de Cadaqués con el entierro de la madre de la protagonista. Acaba de cumplir 40 años e incluso entre las lápidas continúa siendo capaz de detectar un hombre atractivo. El sexo y la pérdida están muy presentes en toda la novela, que ha vendido los derechos a una treintena de lenguas y será adaptada en el cine.
Los desposeídos (Szilárd Borbély)
Los desposeídos, primera y única novela de Szilárd Borbély, indaga en la relación de un niño con sus padres, abuelos y hermanos en un pequeño pueblo sacudido por los traumas de la Segunda Guerra Mundial. La familia del chico está estigmatizada por culpa de un pasado del cual no se puede hablar. Poco a poco, los recuerdos van haciendo acto de presencia, mientras el niño explica la precariedad en la que vive. Crónica dolorosa y autobiográfica, apareció en húngaro en 2013, poco antes del suicidio del autor.
El reino (Emmanuel Carrère)
Emmanuel Carrère fue “tocado por la gracia” de la fe en el 1990 y durante un par de años fue a misa de manera aplicada, igual que visitaba a la psicoanalista cada semana, y rellenó varios cuadernos de reflexiones sobre los Evangelios. Los recuperó en 2011. Después de una primera parte en que explica su crisis personal, El Reino -escrita después de Limonov– se instala en el siglo I después de Cristo, cuando San Pablo empieza a predicar la fe cristiana en el vasto Imperio Romano. Paralelamente, los evangelistas empiezan a trabajar en los cuatro textos que glorificarán a Jesucristo y que lo encumbrarán como personaje de referencia en la historia de las religiones.