El ser humano, como ser social que es, suele comunicarse mayormente de forma oral. Es cierto que cada vez nos comunicamos más a través de texto y mensajes, por el hecho de que las nuevas tecnologías han marcado un punto de inflexión en nuestra sociedad en los últimos años. Sin embargo, la comunicación es comunicación, y lo importante es saber transmitir aquello que queremos, no solo con las palabras, sino con la intención, con la forma de hablar y expresarnos, con nuestro lenguaje no verbal, cuando estamos delante de otra persona. Hay gente tímida que nunca consigue salir del caparazón y a pesar de ser realmente interesante, no logra comunicarse apropiadamente con los demás. Y luego están los que parece que han nacido ya con el depósito de labia a reventar y se llevan a todo el mundo de calle.
La comunicación cara a cara es una de las mejores habilidades que un ser humano puede tener, porque le permite entablar una conexión eficaz con otras personas, conseguir información, transmitirla, darse a entender, convencer, aprender… A través de este tipo de comunicaciones nos abrimos al mundo y también mostramos, en buena parte, lo que somos o al menos lo que queremos proyectar a los demás. La labia es una herramienta indispensable para aquellas personas que quieran tener dotes comunicativas, y aunque pueda parecer que se nace con ella, es cierto que cuesta conseguirla a través de un proceso natural de aprendizaje en el que la lectura y la toma de conversaciones será vital para ir soltándonos y aprendiendo a utilizar nuestra labia como un arma perfecta en cada conversación.
Qué es tener labia
La labia se refiere a esa forma de comunicarnos de forma asertiva, ingeniosa y también seductora. Se suele decir que tener labia supone ser capaz de persuadir a alguien o convencerle de cualquier cosa que estamos contando, llevándolo a nuestro terreno gracias a nuestra explicación. Saber expresarnos, ser coherentes e imaginativos, convencer a través de las palabras pero también del tono de voz y los gestos, para conseguir que esa persona caiga rendido ante nuestra labia, es una habilidad que desde luego puede ser tremendamente útil tanto en nuestra vida social, al ligar por ejemplo, como en el trabajo, si somos vendedores o comerciales y necesitamos convencer a esa persona para que nos compre algo. Tener labia es saber hablar, saber expresarnos de una manera convincente.
Cómo tener más labia
La labia se hace, aunque habrá quien piensa que se nace con ella. Tiene mucho que ver con la timidez, y con el tipo de persona que somos. Las personas extrovertidas suelen tener más labia porque por su forma de ser son más expresivas, no tienen miedo a hablar en público y tienen más conversaciones, por lo que pueden practicar mucho mejor y desarrollar esa labia. Si no tenemos tanta suerte, lo mejor es culturizarnos, ver películas, leer libros, ver entrevistas de gente con mucha expresividad y labia, con auténtico ingenio a la hora de expresarse. Humoristas, actores, suelen tener esas capacidades, así que fijarnos en ellos puede ser un buen comienzo. Lanzarnos a hablar con la gente, para perder el miedo será también imprescindible a la hora de desarrollar nuestra labia, porque como se suele decir, a correr se aprende caminando cada vez más rápido.
Exprésate con elocuencia
La elocuencia es la seguridad y la coherencia que uno muestra en su discurso, adaptándolo también al interlocutor para que sea entendible. Si nos vamos por las ramas, si estamos todo el tiempo cortando nuestro discurso con frases hechas, o nos cuesta desarrollar una idea que tenemos en la cabeza, la elocuencia brillará por su ausencia y nuestro discurso no será tan potente, por lo que no llegaremos a tener esa capacidad de convencer que viene con la labia. Saber mucho de varios temas nos ayudará a conseguir esa seguridad para hablar con elocuencia, para mostrar nuestra opinión de una manera clara y que no deje lugar a dudas, siendo convincentes además con los demás, que pueden tener opiniones distintas, pero que van a caer presos de nuestra labia.
Aprende a escuchar
Hay quien piensa que tener labia es hablar mucho y ser muy extrovertido, pero uno no puede quedarse solo ahí. Aprender a escuchar también es indispensable para poder expresarnos correctamente, porque se trata no de soltar un discurso y punto, sino de entender con qué tipo de persona estamos hablando y adaptarnos a ello. Escucharles de verdad, teniendo en cuenta sus argumentos, pero yendo más allá, comprobando la seguridad que tienen en sus razonamientos, la forma en la que se expresan, para poder adaptarnos a ello y facilitar que nuestro discurso sea mucho más entendible. En una conversación normal ambos hablan pero también escuchan, porque de lo contrario sería una pérdida de tiempo, como poner a dos loros a comunicarse entre sí. Aprender a escuchar nos servirá no solo para esto, sino para cualquier cosa en nuestra vida.
No tengas miedo a salir de su zona de confort
Uno de los mayores problemas que podemos tener a la hora de conseguir esa labia que tanto deseamos es quedarnos en nuestra zona de confort. El miedo a hacer el ridículo, a no saber hablar con las chicas, por ejemplo, nos lleva a no intentarlo siquiera. Es como si el miedo a tener un accidente nos impidiera aprender a conducir. Cuanto más seguros estemos con nosotros mismos más fácil será hablar con esa labia y ese convencimiento, pero el truco está en sentirnos seguros fuera de nuestra habitual zona de confort, para que podamos despegar en cualquier ocasión, y no solo cuando estemos cómodos en un lugar o con una persona. Cualquier persona puede tener labia si se prepara a conciencia para ello, pero el primer paso siempre es dejar los miedos a un lado.